Así como los astrónomos utilizan los telescopios para observar, estudiar y comprender el universo profundo, identificando las galaxias, estrellas y planetas que lo conforman, del mismo modo los analistas utilizan los cromatógrafos para detectar los componentes de una mezcla compleja, como los que, por ejemplo, existen en una fragancia.
El concepto de cromatografía proviene de dos palabras griegas: chroma que quiere decir color y graphein o escribir, aludiendo a la posibilidad de escribir a través del color. En la actualidad, esta disciplina se define como un conjunto de técnicas usadas para individualizar sustancias, separar los componentes de una mezcla y purificarlos, encontrándose su uso muy extendido en la investigación científica y en el desarrollo industrial.
En general, según el tipo de sustancia, los cromatógrafos están diseñados para realizar análisis con mezclas sólidas, líquidas o gaseosas.
En CRAMER, utilizamos cromatógrafos de gases acoplados a masa (GC-MS), donde en cada uno de ellos nuestros analistas han cargado o almacenado con anterioridad una biblioteca de datos. Fernanda Amiama, Jefe de Cromatografía e Investigación de Fragancias, nos explica el proceso: “Para realizar el análisis cromatográfico se necesita un patrón o muestra que se inyecta en el cromatógrafo. Luego de obtener el cromatograma, que muestra varios peaks, cada uno de los cuales corresponde a una materia prima y con ayuda de las bibliotecas, incorporadas al equipo, es posible identificar cada uno de ellos, obteniendo los componentes presentes en el patrón o muestra. Esta información nos permite obtener una fórmula correspondiente al esqueleto del patrón, que puede tener entre 30 y hasta 120 componentes”.
A veces ocurre que hay componentes de un patrón que no figuran en esta biblioteca, caso en que nuestros analistas deben tratar de identificarlo según sus iones o masa molar. Si esta búsqueda es infructuosa, entonces dicho elemento se ingresa como desconocido. En perspectiva, es una suerte de repositorio de datos con un potencial creciente de actualización.
Una vez obtenido el esqueleto del patrón, el siguiente paso lo dan nuestras perfumistas, quienes pueden tomarlo como referencia para crear una nueva fragancia adecuada a los requerimientos de los clientes.
En la actualidad, en el área de Fragancias de CRAMER contamos con 5 analistas, quienes reciben continuas capacitaciones para el uso y procedimientos con estos equipos.
Nuestra área de Sabores, en tanto, también cuenta con 2 cromatógrafos cuyo funcionamiento es muy similar a los de Fragancias.
Tan importante es el uso de esta tecnología en nuestro trabajo diario que, hace dos años, adquirimos un nuevo cromatógrafo de gases acoplado a masa (GC-MS) de última generación para nuestro laboratorio de Brasil.