Pese a la importancia que el olfato tiene en la memoria, es uno de los nuestros 5 sentidos menos entrenado y eso queda de manifiesto cuando se relaciona con variables como el color y los conceptos, ya que las personas solemos establecer asociaciones e identificamos determinados colores con ciertas fragancias, dependiendo del propio contexto cultural e histórico. De esta forma, esperamos que los diversos productos se nos presenten con los atributos que nosotros mismos le asignamos. Los claims o mensajes diseñados para transmitir cualidades y valores de una marca deben alinearse también en esta ecuación, al igual que el packaging o embalaje.
Tan determinante es la coherencia entre los colores y los conceptos en particular, que se ha demostrado que éstos pueden producir ilusiones olfativas, influyendo directamente en la percepción hedónica del olor. Hay estudios donde a un grupo de personas se les presentó la misma fragancia, pero envasada en diferentes colores y etiquetada con descripciones contrapuestas… ¿Cuál fue el resultado? Aquellos que testearon la muestra donde estos tres factores concordaban entre sí, tuvieron una experiencia satisfactoria, mientras que los otros tuvieron una respuesta negativa al mismo producto, sólo debido a que se entregaban conceptos desagradables con colores contrarios a sus expectativas.
Además, el contexto visual (la vista es uno de los sentidos más entrenados) es tan determinante que predispone hasta nuestra percepción de los sabores, los que a su vez tienen una estrecha relación con los olores o con las fragancias.
Según Magdalena Fuenzalida, Jefe Marketing de Fragancias de CRAMER, “los colores no deben provocar una dicotomía con la fragancia; al contrario, tienen que apoyarla y ayudar a levantarla, porque uno con el otro se complementa para reforzar la idea de un producto”.
En la actualidad, contamos con un nutrido portafolio de fragancias exclusivas, creadas por nuestras narices expertas para diversos productos y para las necesidades específicas que nos solicitan nuestros clientes, dependiendo del perfil del consumidor en cada país de Latinoamérica donde se encuentren.